Crítica «Monos» (2019)

Monos niños soldado

Puede que “Monos” se estrene una semana tarde, dado que el 12 de febrero se celebró el Día internacional contra el uso de niños soldado, pero no por ello la realidad de menores en conflictos armados es menos acuciante. Según cifras de Naciones Unidas, existen en el mundo trescientos mil niños soldado en múltiples contiendas y, durante sesenta años de conflicto colombiano entre el gobierno y las FARC, se ha estimado que casi veinte mil menores han formado parte activa del mismo según el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia. Son niños y niñas (el 40% de los niños soldado son niñas) que por múltiples causas —pobreza, abandono, violencia familiar, coacción social o física— ven truncada su niñez y se convierten en víctimas de un conflicto y, muchos de ellos, también en victimarios.

Dentro del acuerdo entre gobierno y FARC de 2016, se estipuló “sacar a los niños de la guerra”, una idea sencilla de una compleja implementación no solo por las características del conflicto colombiano y las fragilidades intrínsecas en un proceso de paz sino por la ardua tarea posterior de acogida, rehabilitación y reintegración de unos niños marcados para siempre. La definición de ‘niño soldado’ es “todo menor de 18 años de edad vinculado con una fuerza armada o un grupo armado que haya sido reclutado o utilizado por una fuerza armada o un grupo armado en cualquier capacidad, incluidos los niños, tanto niños como niñas, aunque sin limitarse a ellos, utilizados como combatientes, cocineros, cargadores, espías o para fines sexuales”, recogida en los Principios de París de 2007 y la cual elimina la ambigüedad de la edad para aquellos menores de 18 años en los diferentes países donde se considera una mayoría a los 15 o 16. Dentro de esta realidad existe además una problemática añadida cuando los niños soldado se convierten en adultos soldado, donde ramificaciones judiciales y morales en casos de crímenes graves se vuelve aún más compleja. Según un estudio de la Universidad Sergio Arboleda en 2017, el 47 % de los entonces integrantes de las FARC entraron a formar parte de ella cuando eran menores de edad.

Ésta es la situación de Wilson Salazar, quien se incorporó a las FARC cuando contaba con once años para vengar la muerte de su padre, militando en sus filas hasta los 24. Salazar se desmovilizó individualmente en 2015 y participó en proyectos de reintegración, principalmente relacionados con el mundo equino. En 2019, este excombatiente acudía con el director de “Monos”, Alejandro Landes, como parte del elenco al festival de Berlín para presentar la película, filme en el que interpreta a un comandante de un grupo rebelde encargado de dirigir y entrenar a un pequeño escuadrón de niños soldado.

Su presencia en “Monos” simboliza el tema central de esta película. Según palabras de su director, Alejandro Landes, “‘Monos’ viaja al corazón de los miedos que tenemos sobre esta posible y frágil paz, qué vamos a hacer con los que dejaron las armas, qué van a hacer ellos con nosotros, y también ese halo de que siguen existiendo las disidencias.” La película sigue a un grupo de niños soldado en la retaguardia, unos adolescentes que descubren el conflicto y su propia juventud en un estado de aislación mientras custodian a una mujer norteamericana secuestrada. Sin tomar nunca partido ni hacer una crítica sesgada a nivel ideológico, “Monos” presenta con una visualidad arrebatadora cómo educación emocional, adoctrinamiento, sentido de pertenencia y adolescencia esculpen el presente y el futuro de estos jóvenes. Son jóvenes robados de su inocencia en un conflicto del que desconocen su magnitud, del cual no disponen las armas necesarias para salir. Cuando concluye la última escena, la película ha terminado de dirigir al espectador, y a la sociedad en general, la resonante pregunta implícita de qué hacer con los niños soldado que formulaba Landes. Es una interpelación construida con una contraposición de belleza estética y dureza temática mediante un equilibrio complejo, que permite usar el mecanismo de la metáfora para acercar a la violencia. Ésta es una decisión no exenta de riesgo, como el de desactivar la carga del filme o caer en el mero espectáculo, pero la estetización que permite la ficción deja abordar un tema tan complejo como éste introduciendo un espacio para que surjan complejas resonancias.

Al igual que “Apocalypse Now” es una transposición de “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, “Monos” coge su inspiración de “El señor de las moscas” de William Golding, libro al cual incluso reconoce explícitamente con una cabeza de cerdo clavada en una estaca. Siguiendo el tono marcado por Golding, la película no persigue ser un alegato político sino alzar una voz que busca comprender la capacidad para la violencia del ser humano dentro de una alegoría que, a diferencia del texto de Golding, se ubica en un ejercicio de análisis sociopolítico concreto del conflicto colombiano.

Para fundir realidad y ficción, Landes captura una actualidad urgente con una cinematografía completamente estilizada. Su guión es mínimo, su apuesta visceral y energética, su desarrollo hipnótico. Películas como la reciente “Beasts of No Nation”, también centrada en los niños soldado, pueden presentar un discurso político más articulado y un análisis más profundo de los mecanismos de dominación de los niños soldado y de su realidad sobre el terrero. “Monos”, en cambio, se dirige hacia la metáfora primero y representa la realidad de su historia a través de la doble tormenta que arrecia a estos ocho jóvenes, embestidos por el conflicto externo armado y el conflicto interno de la adolescencia, que les está dejando sin un lugar en el mundo.

“Monos” ha sido la candidata por Colombia a los Óscar, ha estado nominada a la mejor película hispanoamericana en los Goyas y es la ganadora del premio especial del jurado en categoría de cine internacional en el festival de Sundance. Un éxito para el tercer largometraje de su director y quien solo contó con dos actores profesionales en todo el elenco. Sin embargo, Landes no ha hecho un filme realista, ni un docudrama cargado de sesgo ideológico. “Monos” no es una película con deudas que saldar sino con preguntas que hacer ahora que los niños soldado colombianos, poco a poco, vuelven de la selva.

 

 

Ficha Técnica:monos cartel

Director: Alejandro Landes.

Intérpretes: Sofia Buenaventura, Julián Giraldo, Karen Quintero y Wilson Salazar.

Año: 2019.

Duración: 102 min.

Idioma original: Español.

 

 

Tráiler:

 

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