Carol

Carol
El realizador Todd Haynes regresa a los años 50, época que ya visitó con la película «Lejos del cielo» de 2002, para narrar con una enorme gentileza y sobriedad una historia de amor donde las emociones se construyen con silencios, pequeños gestos, miradas que denotan el torrente de emociones que se crea tanto dentro de los personajes como en el espectador y que fluye por debajo de la bella apariencia de la época. Pero como suele suceder, detrás de la historia de «Carol» respiran muchas otras, y «Carol» no siempre fue un drama de época.
Patricia Highsmith

Patricia Highsmith

La película «Carol» adapta una novela publicada en 1952 originariamente bajo el título de «El precio de la sal» y escrita por Claire Morgan. Tardó 37 años en aparecer con el nombre real de su autora, Patricia Highsmith, en una edición de 1989 donde también se le sustituyó el título por el de «Carol». Highsmith, conocida por sus novelas de suspense y por el personaje de Ripley, por su fama de reclusa y otras controversias posteriores, esconde dentro de su bibliografía de 22 novelas obras de tonos diferentes. «El precio de la sal» es una muestra de ello y fue su segunda novela en ver la luz, aunque bajo pseudónimo. Por entonces la autora, nacida en 1921, rondaba los 30 años de edad y, a principio de los años 50, la mención de su nombre estaba normalmente precedida por el de Alfred Hitchcock. Highsmith había publicado su ópera prima en 1950, «Extraños en un tren», y el maestro del suspense cinematográfico adquirió rápidamente los derechos por 7.500 dólares al agente de la desconocida Highsmith. La cifra puede parecer relativamente baja dada la recaudación de la película pero, a modo de comparación, hay que considerar que Hitchcock pagó 9.500 dólares por los derechos de la novela «Psycho», escrita por un autor más establecido como era Robert Bloch en 1959. Hitchcock, tras desavenencias con los sucesivos guionistas de «Extraños en el tren» (entre ellos otro maestro del suspense, el novelista Raymond Chandler, con quien acabó enemistado) estrenó la película en 1951. A raíz del éxito de la adaptación de Hitchcock, los editores de Highsmith, Harpers & Bros, rechazaron «El precio de la sal» y recomendaron a Highsmith centrarse en escribir suspense. «El precio de la sal» finalmente fue publicada en tapa dura por Coward-McCann en 1952 y su gran éxito llegó en 1953 en la versión de bolsillo realizada por Bantam que, con un precio de 25 centavos y una presentación de literatura pulp, vendió más de un millón de ejemplares.

«El precio de la sal» no fue una novela rompedora, pero la normalidad y el espíritu con que Highsmith retrató la historia de amor entre dos mujeres convirtió a la novela en un clásico de las estanterías de literatura lésbica del momento. Mucho ha cambiado desde los años 50 pero el enfoque de la novela era una acercamiento literario y social avanzado para su época. La sexualidad de las protagonistas no es el tema principal de «El precio de la sal», lo es la naturalidad de su relación y cómo se desarrollan los sentimientos de su protagonista Therese. Hoy, viendo su adaptación cinematográfica en 2016 como un drama de época, se puede perder esta perspectiva aunque es posible que los tiempos no hayan avanzado lo suficiente, puesto que la reivindicación de esa naturalidad sigue siendo necesaria.

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Rooney Mara y Cate Blanchett

La chispa de la historia nace de las propias vivencias de Patricia Highsmith. En 1948, mientras trabajaba en la campaña de navidad de unos grandes almacenes, una mujer rubia y con abrigo de visón entró para comprar una muñeca. Highsmith sintió una extraña fascinación por ella y, anotándose la dirección de la mujer del albarán de compra, empezó a ir a su casa, casi como un personaje de sus novelas, a espiarla con cierto cariz obsesivo. Aunque su forma de proceder cambia en la novela, la protagonista de «Carol/El precio de la sal», Therese, no deja de estar construido sobre un alter ego de la autora. Highsmith añadió otras experiencias, como las de una de sus parejas, una mujer de la alta sociedad de Filadelfia, para completar el personaje de Carol. Pero fue la imagen de la mujer con el abrigo de visón la que no se fue nunca de la cabeza de su autora durante los más de dos años que tardó en germinar la novela. Según la biografía de Highsmith escrita por Andrew Wilson, el nombre de la mujer que inspiró la novela era Kathleen Senn, una adinerada neoyorquina que nunca pudo leer la novela creada a raíz de la atracción que había despertado. El final de la historia real de Senn es más trágico, habiéndose suicidado en el garaje de su casa en 1951. Según Wilson, Highsmith nunca llegó a conocer el desenlace que tuvo la protagonista de su inspiración.

Tras reediciones, cambios de título y de nombres, la novela ha seguido gozando de buena salud durante todo este tiempo pero su adaptación cinematográfica ha sido un largo proceso. Phyllis Nagy, dramaturga, guionista de «Carol» y amiga de Patricia Highsmith, ha intentado llevar adelante su traslación a la gran pantalla durante los últimos quince años. Directores como Stephen Frears y Kenneth Branagh estuvieron involucrados en diferentes momentos pero, viendo el resultado, bien valió esperar a Todd Haynes.

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Cate Blanchett en su papel de Carol Aird, inspirado en Kathleen Senn, cuyo final fue mucho más trágico.

La adaptación desplaza el punto de focalización de Therese y lo amplia a las dos mujeres, dándoles un protagonismo similar a ambas. Haynes se apoya en destacados elementos, siendo uno de los más relevantes la solidez de sus dos actrices, Cate Blanchett y Rooney Mara, impresionantes en la compleja construcción de sus respectivos personajes sin salirse de la sobriedad tonal del filme. Blanchett interpreta a una mujer de la alta sociedad que recuerda a las grandes estrellas de la época dorada de Hollywood: fuerte de carácter, con presencia en cualquier escenario y poseedora de un aura especial. Mara da vida a una joven tímida, afable y vulnerable, pero quien tiene un pie en el futuro, rememorando un aire a lo Audrey Hepburn antes de ser descubierta. De caracteres diferentes, clases sociales opuestas y proyectos vitales divergentes, ambas actrices logran que tanto la atracción a primera vista de sus personajes como la facilidad y comodidad con la que se sincronizan sea completamente palpable, sin necesidad de recurrir a hablar sobre su sexualidad. Cada gesto, mirada, roce o inflexión en la voz no se podría expresar mejor con una cadena de palabras.

También es imposible no resaltar la bella cinematografía de Edward Lachman, que refuerza la atmósfera de cine clásico que impregna la película. Sin embargo, uno de los pasos más complejos, y más aún cuando se quiere rendir tributo al material fuente y a la historia que contiene, ha sido la adaptación del guión por parte de Phyllis Nagy. Mucho se queda en las páginas de la novela y no puede tener cabida en la pantalla, pero Nagy captura perfectamente el espíritu de la obra y confecciona un guión acercándose al texto de una forma mesurada, sobria, gentil y reverberante. El director Todd Haynes aúna las piezas con armonía y muestra el análisis emocional de una historia de amor con un hipnotizador magnetismo, siendo el resultado tan bello como exquisito.

Hasta que se celebre la gala de los Óscar, vivimos en una temporada cinematográfica de premios y «Carol» está presente desde el principio en la maratoniana carrera de festivales y galardones. Nominada a 9 Baftas, 5 Globos de Oro, también está nominada al Óscar a la mejor película, dirección, música, vestuario, cinematografía, guión adaptado y a la mejor actriz principal y también secundaria. Esto último resulta como mínimo curioso, puesto que Cate Blanchett está nominada como mejor actriz principal y tiene 6 minutos menos en pantalla que la teóricamente secundaria, Rooney Mara. Cosas de premios que poco tienen que ver con la película. Lo que sí logran las nominaciones, los premios y el ruido que les acompaña es que una película tenga una mayor difusión y repercusión. En el caso de «Carol», cualquier impulso en su recomendación es más que merecido.

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Ficha técnica
Dirección: Todd Haynes.
Intérpretes: Cate Blanchett y Rooney Mara.
Año: 2015.
Duración: 118 min.
Idioma: Inglés.