
La corrupción y la ineficacia están haciendo retroceder al Congreso nacional Africano, el partido que consiguió acabar con el apartheid. Pero a los jóvenes ya no les basta con el recuerdo de lo que los viejos luchadores hicieron.
TOPO EXPRESS
La lucha del feminismo por la emancipación de la mujer –todavía parcial en cuanto a los derechos conseguidos y el territorio en que se aplican– ha sido, a pesar de todas sus deficiencias y carencias, la única revolución del siglo XX que se ha consolidado. Queda sin embargo mucho por hacer hasta que la mitad de la humanidad haya conseguido equipararse a la otra mitad en todos los terrenos.
La corrupción y la ineficacia están haciendo retroceder al Congreso nacional Africano, el partido que consiguió acabar con el apartheid. Pero a los jóvenes ya no les basta con el recuerdo de lo que los viejos luchadores hicieron.
El acceso a la tierra es uno de los problemas más graves que enfrentan las mujeres rurales, en la base de muchos otros problemas “invisibles” para la sociedad. Sus consecuencias abarcan a todas las mujeres y en general a la humanidad entera y a la naturaleza.
Oí el otro día, desde la radio de un autocar de turistas españoles, a un tipo con voz de hombre (varón) que decía: “Nosotras pensamos...” Tan pasmada me dejaron aquellas palabras que ya no presté atención a lo que venía después.